Regala libros esta navidad y siempre. ¿Por qué?
Porque si una bufanda mantiene caliente el cuello, un libro mantiene caliente lo que está más arriba.
Porque con un libro regalas el infinito.
Porque es la única manera de meter todo el universo dentro de un calcetín.
Porque un libro es compañía, ya que el que lo lee nunca está solo.
Porque regalar un libro supone pensar en el regalo y en la persona a la que se le regala.
Porque es regalar una libertad que solo la literatura puede proporcionar.
Porque estás regalando un momento de relajación, de detención y de silencio.
Porque regalas la posibilidad de vivir una segunda vida.
Porque es imperecedero, es perdurable, y siempre te recordarán por ese regalo.
Y, finalmente, porque nunca se tienen demasiados libros.
¡A las librerías!
11 diciembre 2015
21 octubre 2015
Las moscas de Monterroso
Hablar de moscas y hablar del gran cuentista Augusto Monterroso es prácticamente inevitable.
Movimiento perpetuo
Él mismo lo deja muy claro en su obra "Movimiento perpetuo", donde viene a hablar de moscas y autores que escriben sobre ellas. Del tan molesto (o no, según se mire) insecto alado, dice D. Augusto lo siguiente:
La reciente lectura de esta obra y el querer recomendarla es lo que me ha impulsado a escribir estas breves líneas. El libro es una recopilación de pequeños relatos, ensayos y pensamientos (que no por pequeños dejan de ser grandes, como su autor). Cada uno de estos textos viene precedido por una cita de otros escritores en las que aparecen alguna o varias moscas, lo que hace esta antología aún más interesante. En definitiva, moscas por todo el libro, moscas a todas horas, moscas, moscas, moscas...
Microrrelatos
Y es que, además, hay que añadir que algunos de sus relatos y microrrelatos son como pequeñas moscas cojoneras. Cojoneras no por desagradables, sino porque incordian, porque te obligan a pensar y revolverte en tu asiento cuando los lees.
Es famoso su microrrelato del dinosaurio, que durante mucho tiempo fue considerado el más corto del mundo y que venía a decir así:
Esta pequeña obra de arte, junto al resto de su labor, lo ha posicionado para siempre en todas las listas de grandes escritores de micros. Y para colmo, entre otros, ganó el prestigioso premio Príncipe de Asturias en el año 2000. ¿Qué más se puede decir de don Augusto?
Resumiendo, os animo a leer "Movimiento perpetuo" de Augusto Monterroso. Leedlo despacio, con una taza humeante (o fría, según el clima) de vuestro bebedizo favorito al lado. Y después de cada texto, pensad, pensad, pensad... No os defraudará.
Movimiento perpetuo
Él mismo lo deja muy claro en su obra "Movimiento perpetuo", donde viene a hablar de moscas y autores que escriben sobre ellas. Del tan molesto (o no, según se mire) insecto alado, dice D. Augusto lo siguiente:
"No hay verdadero escritor que en su oportunidad no le haya dedicado un poema, una página, un párrafo, una línea; y si eres escritor y no lo has hecho te aconsejo que sigas mi ejemplo y corras a hacerlo (...)".
"...donde uno pone el ojo encuentra la mosca". |
La reciente lectura de esta obra y el querer recomendarla es lo que me ha impulsado a escribir estas breves líneas. El libro es una recopilación de pequeños relatos, ensayos y pensamientos (que no por pequeños dejan de ser grandes, como su autor). Cada uno de estos textos viene precedido por una cita de otros escritores en las que aparecen alguna o varias moscas, lo que hace esta antología aún más interesante. En definitiva, moscas por todo el libro, moscas a todas horas, moscas, moscas, moscas...
Microrrelatos
Y es que, además, hay que añadir que algunos de sus relatos y microrrelatos son como pequeñas moscas cojoneras. Cojoneras no por desagradables, sino porque incordian, porque te obligan a pensar y revolverte en tu asiento cuando los lees.
"Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí".
Esta pequeña obra de arte, junto al resto de su labor, lo ha posicionado para siempre en todas las listas de grandes escritores de micros. Y para colmo, entre otros, ganó el prestigioso premio Príncipe de Asturias en el año 2000. ¿Qué más se puede decir de don Augusto?
Movimiento perpetuo |
Resumiendo, os animo a leer "Movimiento perpetuo" de Augusto Monterroso. Leedlo despacio, con una taza humeante (o fría, según el clima) de vuestro bebedizo favorito al lado. Y después de cada texto, pensad, pensad, pensad... No os defraudará.
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17 octubre 2015
El secreto de Zalamea
A punto de publicarse la novela El secreto de Zalamea, inauguro nuevo blog específico sobre la misma, en el que se incluirá información actualizada sobre el proceso de publicación, presentaciones de la misma, extras, curiosidades, fotos, etc.
Espero que os guste, el enlace es el siguiente:
Blog de El secreto de Zalamea.
Hasta pronto.
Espero que os guste, el enlace es el siguiente:
Blog de El secreto de Zalamea.
Hasta pronto.
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Zalamea de la Serena
02 mayo 2015
Soñar la vida
SOÑAR LA VIDA
Decía un tal Shakespeare hace ya algunos años que "la vida es un cuento contado por un idiota, lleno de ruido y de furia, que no tiene ningún sentido".
Hombre, yo no sé si tendrá sentido o no (aunque creo que algo de eso debe de tener -y pongo el "de" porque este deber no es obligación sino suposición), pero desde luego, la vida no deja de sorprenderme cada día. Y a veces me sorprendo hasta de mí mismo.
Como quiera que hoy me ha dado por las citas, pues me he despertado con varias en la cabeza y, además, todas giraban en torno al tema de la vida, me veo obligado ahora, al hilo de lo que venía escribiendo, a soltar aquí otra:
"La vida es lo que te pasa mientras estás ocupado haciendo otros planes". Esto lo decía un tal John (para más señas, se apellidaba Lennon, o al menos eso decía él) en una canción. Y probablemente sea cierto.
La vida no solo es un cuento contado por un idiota (y añado un "¿seré yo?", tal y como preguntaban los apóstoles en el famoso chiste de Judas). También es una sorpresa diaria, una experta de la dislocación vital, en fin, una antihéroe de las expectativas que, por cierto, te sucede mientras planeas otra vida. Me explico: tú te tomas las uvas de nochevieja con una idea en la cabeza de lo que quieres para el nuevo año que empieza y en cuestión de semanas la vida (esa amante traidora) te trastoca todos tus malditos planes. Y eso suele ser maravilloso.
Y ya, para ir terminando (que no me quiero enrollar), quiero resaltar que esta mañana, además de haber sido asaltado en la cama por tres citas más o menos célebres, me siento yo Calderoniano (vamos, que tengo yo cuerpo de Calderón de la Barca, oiga), así que quiero acabar de recopilarlas con la del autor de "La vida es sueño". Se trata de un pequeño fragmento del famoso monólogo de Segismundo:
"¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión;
una sombra, una ficción
y el mayor bien es pequeño.
¡Que toda la vida es sueño
y los sueños, sueños son!"
¿Qué es la vida? Una ilusión;
una sombra, una ficción
y el mayor bien es pequeño.
¡Que toda la vida es sueño
y los sueños, sueños son!"
Pues mira lo que te digo: que ya sea ilusión, ya sea frenesí, o ya sea un sueño, que viva la vida y que ojalá la vuestra también se trastoque para bien. Y que yo, como siempre, seguiré soñando despierto (que ese es, sin duda, el primer paso para hacer los sueños realidad).
30 enero 2015
10 frases que enamoran (y II)
Continuación de la entrada 10 frases que enamoran (I)
Y sigo recopilando aquí los cinco incipits que me faltaba por poner:
6.- "Cuando vio aparecer a la india en la puerta de la choza, Lituma adivinó lo que la mujer iba a decir". Lituma en los Andes, Mario Vargas Llosa.
Reconozco que leyendo a semejantes escritores no es difícil encontrarse con sugerentes comienzos, inspiradores de preguntas y curiosidades que te obligan a seguir leyendo. ¿O no te empuja esta frase a leer más?
Empecé la parte hispanoaméricana de recopilación de comienzos emblemáticos (para mí) con una escritora y, antes de irme a otras latitudes, termino con otra (reconozco que hay pocas mujeres en este listado):
7.- "Iban por los caminos del oeste sin prisa y sin rumbo obligatorio, cambiando la ruta de acuerdo al capricho de un instante, al signo premonitorio de una bandada de pájaros, a la tentación de un nombre desconocido". El plan infinito, Isabel Allende.
Aventura. Eso es lo primero que se conjura en mi mente, como una promesa inaplazable, al leer esta frase de la Allende. Incluso aventuras, en plural. Y también ese toque romántico y envidiable de vivir así, a lo loco, sin un plan establecido, pero con un plan infinito, dejándote guiar por la intuición, como parece que hacen los protagonistas de este libro...
8.- "Al despertar Gregorio Samsa una mañana, tras un sueño intranquilo, encontróse en su cama convertido en un monstruoso insecto". La metamorfosis, Franz Kafka.
Otro clasicazo de los inicios sugerentes que te atrapan y no te sueltan hasta el final. Pero no por ser demasiado clásico iba a dejar de ponerlo. Me gusta. Qué le vamos a hacer. Es que es una situación que a poco que empatices con el protagonista, tienes que seguir leyendo para saber qué pasa a continuación, y a continuación, y a continuación...
9.- "Era un día luminoso y frío de abril y los relojes daban las trece". 1984, George Orwell.
Tal vez sea por la referencia al número trece, adalid de la mala suerte y las desgracias a ella asociadas, pero cuando leí esta frase no pude evitar pensar que algo chungo iba a pasar enseguida. Al menos yo, no pude dejar de leer.
10.- "Si de verdad les interesa lo que voy a contarles, lo primero que querrán saber es dónde nací, cómo fue todo ese rollo de mi infancia, qué hacían mis padres antes de tenerme a mí, y demás puñetas estilo David Copperfield, pero no tengo ganas de contarles nada de eso". El guardián entre el centeno, J.D. Salinger.
¿De verdad no te enamorarías de un libro que comienza así? ¿De un libro que promete contarte lo que quieres saber y de inmediato te lo niega? ¿No funcionan acaso así los mecanismos más ocultos del amor? (Buf, eso sería otro tema para otro blog menos literario... o quizás para uno más literario que éste). Con comienzos como este no es difícil leerse obras maestras como esta.
Y estos son las diez frases que ayudaron a que me enamorase un poco más de la lectura (y cómo no, de la escritura) y que he tenido que dividir en dos entradas para hacerlas más cortas... espero que a ti también te gusten.
Un saludo y hasta pronto.
Y sigo recopilando aquí los cinco incipits que me faltaba por poner:
6.- "Cuando vio aparecer a la india en la puerta de la choza, Lituma adivinó lo que la mujer iba a decir". Lituma en los Andes, Mario Vargas Llosa.
Reconozco que leyendo a semejantes escritores no es difícil encontrarse con sugerentes comienzos, inspiradores de preguntas y curiosidades que te obligan a seguir leyendo. ¿O no te empuja esta frase a leer más?
Empecé la parte hispanoaméricana de recopilación de comienzos emblemáticos (para mí) con una escritora y, antes de irme a otras latitudes, termino con otra (reconozco que hay pocas mujeres en este listado):
7.- "Iban por los caminos del oeste sin prisa y sin rumbo obligatorio, cambiando la ruta de acuerdo al capricho de un instante, al signo premonitorio de una bandada de pájaros, a la tentación de un nombre desconocido". El plan infinito, Isabel Allende.
Aventura. Eso es lo primero que se conjura en mi mente, como una promesa inaplazable, al leer esta frase de la Allende. Incluso aventuras, en plural. Y también ese toque romántico y envidiable de vivir así, a lo loco, sin un plan establecido, pero con un plan infinito, dejándote guiar por la intuición, como parece que hacen los protagonistas de este libro...
8.- "Al despertar Gregorio Samsa una mañana, tras un sueño intranquilo, encontróse en su cama convertido en un monstruoso insecto". La metamorfosis, Franz Kafka.
Otro clasicazo de los inicios sugerentes que te atrapan y no te sueltan hasta el final. Pero no por ser demasiado clásico iba a dejar de ponerlo. Me gusta. Qué le vamos a hacer. Es que es una situación que a poco que empatices con el protagonista, tienes que seguir leyendo para saber qué pasa a continuación, y a continuación, y a continuación...
9.- "Era un día luminoso y frío de abril y los relojes daban las trece". 1984, George Orwell.
Tal vez sea por la referencia al número trece, adalid de la mala suerte y las desgracias a ella asociadas, pero cuando leí esta frase no pude evitar pensar que algo chungo iba a pasar enseguida. Al menos yo, no pude dejar de leer.
10.- "Si de verdad les interesa lo que voy a contarles, lo primero que querrán saber es dónde nací, cómo fue todo ese rollo de mi infancia, qué hacían mis padres antes de tenerme a mí, y demás puñetas estilo David Copperfield, pero no tengo ganas de contarles nada de eso". El guardián entre el centeno, J.D. Salinger.
¿De verdad no te enamorarías de un libro que comienza así? ¿De un libro que promete contarte lo que quieres saber y de inmediato te lo niega? ¿No funcionan acaso así los mecanismos más ocultos del amor? (Buf, eso sería otro tema para otro blog menos literario... o quizás para uno más literario que éste). Con comienzos como este no es difícil leerse obras maestras como esta.
Y estos son las diez frases que ayudaron a que me enamorase un poco más de la lectura (y cómo no, de la escritura) y que he tenido que dividir en dos entradas para hacerlas más cortas... espero que a ti también te gusten.
Un saludo y hasta pronto.
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27 enero 2015
10 frases que enamoran (I)
No sigas leyendo.
¿Recuerdas el viejo truco de la psicología inversa, aquella que propugna (entre otras cosas) que si le dices a alguien que no piense en el color rojo, pensará en dicho color? Acabo de usar dicho truco porque quiero hablarte del principio de cualquier novela poniendo uno que te empuje a continuar. Así que, no sigas leyendo... salvo que quieras enamorarte.
Ya que este blog literario acaba de nacer y esta es su segunda entrada, qué puede ser mejor que hablarte del "incipit", es decir, de comienzos. En este caso, del comienzo de una novela (otro día tal vez hablemos de comienzos de relatos). Se trata de una frase o un párrafo que te atrapa desde el principio y no te queda más remedio que seguir leyendo. Son unas pocas palabras que te agarran con fuerza y ya no te dejan escapar hasta el último renglón de la obra. Y yo, como todo el mundo, tengo mis favoritos.
¿Que cuáles son mis comienzos favoritos?
Los expongo a continuación (y no necesariamente en orden de preferencia):
1.- "Nací cuando mis padres ya no se querían". Paraíso inhabitado, Ana María Matute.
Demoledor. ¿No me digas que no te quedas con ganas de saber más? Con tan corta frase, "la Matute" (como yo la llamo cariñosamente) te llena la cabeza de interrogantes que estás deseando desvelar: ¿Por qué no se querían los padres? ¿Cómo afectó eso a la vida de la protagonista? ¿Por qué tuvieron una hija si no se querían? ¿Cuándo dejaron de quererse?...
2.- "Filomeno Cuevas, criollo ranchero, había dispuesto para aquella noche armar a sus peonadas con los fusiles ocultos en un manigual, y las glebas de indios, en difusas líneas, avanzaban por los esteros del Ticomaipú". Tirano Banderas, Ramón del Valle-Inclán.
Fusiles, nocturnidad, difusas líneas... Sin duda, algo gordo va a pasar y yo, desde luego, no pienso perdérmelo. Así es como nuestro genial gallego consigue engancharnos desde el principio a su estupenda obra, Tirano Banderas.
3.- "En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor". Sobra decir que hablamos del Don Quijote de la Mancha de nuestro universal Miguel de Cervantes Saavedra.
Ese halo de misterio creado al no definir el lugar de la Mancha al que se refiere, y esas imágenes tan vivas y genuinas de la lanza, la adarga, el rocín y el galgo, ¿no te empuja a seguir leyendo? ¿No te pica ni un poquito la curiosidad sobre quién era el tal hidalgo al que se refiere ese comienzo? ¿No se adivina, no se vislumbra, no se presiente acaso, en esas pocas letras (muy mágicas, por cierto), la genialidad de lo que vendrá a continuación? Por mi señora Dulcinea, que no hay más que una respuesta posible a esta pregunta que acabo de formular a vuesa merced... ;)
4.- "Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre". Pedro Páramo, Juan Rulfo.
Madre mía, qué frase tan contundente. ¿Y quién se lo dijo? ¿Y a qué fue a buscarlo? ¿Qué quería o qué esperaba de él? ¿Lo encontrará? ¿Cómo reaccionarán ambos si se encuentran? Lo siento, pero no puedo parar, tengo que seguir leyendo este libro. Con ese comienzo, es inevitable. Por cierto, eso lo sabía muy bien Antonio Muñoz Molina que escribió un incipit muy parecido al de Rulfo para su magnífica Beltenebros (y eso es muy bueno).
5.- "Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo". Cien años de soledad, Gabriel García Márquez.
Sí, lo sé, es un clasicazo entre los incipits preferidos de cualquier lector, pero no puedo evitarlo. El tipo está frente a un pelotón que lo va a fusilar ¿y sólo se le ocurre pensar en el día que conoció el hielo? Y, además, ¿por qué van a fusilarlo? ¿Qué mierda ha hecho? ¿Pasará algo que evite su muerte inmediata? Y, ya de paso, ¿qué sintió al conocer el hielo? ¿Lo llegó a tocar o sólo lo vio de lejos? ¿Y su padre? ¿Vive aún y es testigo impotente del fusilamiento? Por favor, don Gabriel, no se pare en esa frase, siga escribiendo y acabe Cien años de soledad pronto, que quiero leerlo cuanto antes.
Para no extenderme en demasía, me reservo los otros cinco comienzos para este post: 10 frases que enamoran (y II)
Hasta pronto.
¿Recuerdas el viejo truco de la psicología inversa, aquella que propugna (entre otras cosas) que si le dices a alguien que no piense en el color rojo, pensará en dicho color? Acabo de usar dicho truco porque quiero hablarte del principio de cualquier novela poniendo uno que te empuje a continuar. Así que, no sigas leyendo... salvo que quieras enamorarte.
Ya que este blog literario acaba de nacer y esta es su segunda entrada, qué puede ser mejor que hablarte del "incipit", es decir, de comienzos. En este caso, del comienzo de una novela (otro día tal vez hablemos de comienzos de relatos). Se trata de una frase o un párrafo que te atrapa desde el principio y no te queda más remedio que seguir leyendo. Son unas pocas palabras que te agarran con fuerza y ya no te dejan escapar hasta el último renglón de la obra. Y yo, como todo el mundo, tengo mis favoritos.
¿Que cuáles son mis comienzos favoritos?
Los expongo a continuación (y no necesariamente en orden de preferencia):
1.- "Nací cuando mis padres ya no se querían". Paraíso inhabitado, Ana María Matute.
Demoledor. ¿No me digas que no te quedas con ganas de saber más? Con tan corta frase, "la Matute" (como yo la llamo cariñosamente) te llena la cabeza de interrogantes que estás deseando desvelar: ¿Por qué no se querían los padres? ¿Cómo afectó eso a la vida de la protagonista? ¿Por qué tuvieron una hija si no se querían? ¿Cuándo dejaron de quererse?...
2.- "Filomeno Cuevas, criollo ranchero, había dispuesto para aquella noche armar a sus peonadas con los fusiles ocultos en un manigual, y las glebas de indios, en difusas líneas, avanzaban por los esteros del Ticomaipú". Tirano Banderas, Ramón del Valle-Inclán.
Fusiles, nocturnidad, difusas líneas... Sin duda, algo gordo va a pasar y yo, desde luego, no pienso perdérmelo. Así es como nuestro genial gallego consigue engancharnos desde el principio a su estupenda obra, Tirano Banderas.
3.- "En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor". Sobra decir que hablamos del Don Quijote de la Mancha de nuestro universal Miguel de Cervantes Saavedra.
Ese halo de misterio creado al no definir el lugar de la Mancha al que se refiere, y esas imágenes tan vivas y genuinas de la lanza, la adarga, el rocín y el galgo, ¿no te empuja a seguir leyendo? ¿No te pica ni un poquito la curiosidad sobre quién era el tal hidalgo al que se refiere ese comienzo? ¿No se adivina, no se vislumbra, no se presiente acaso, en esas pocas letras (muy mágicas, por cierto), la genialidad de lo que vendrá a continuación? Por mi señora Dulcinea, que no hay más que una respuesta posible a esta pregunta que acabo de formular a vuesa merced... ;)
4.- "Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre". Pedro Páramo, Juan Rulfo.
Madre mía, qué frase tan contundente. ¿Y quién se lo dijo? ¿Y a qué fue a buscarlo? ¿Qué quería o qué esperaba de él? ¿Lo encontrará? ¿Cómo reaccionarán ambos si se encuentran? Lo siento, pero no puedo parar, tengo que seguir leyendo este libro. Con ese comienzo, es inevitable. Por cierto, eso lo sabía muy bien Antonio Muñoz Molina que escribió un incipit muy parecido al de Rulfo para su magnífica Beltenebros (y eso es muy bueno).
5.- "Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo". Cien años de soledad, Gabriel García Márquez.
Sí, lo sé, es un clasicazo entre los incipits preferidos de cualquier lector, pero no puedo evitarlo. El tipo está frente a un pelotón que lo va a fusilar ¿y sólo se le ocurre pensar en el día que conoció el hielo? Y, además, ¿por qué van a fusilarlo? ¿Qué mierda ha hecho? ¿Pasará algo que evite su muerte inmediata? Y, ya de paso, ¿qué sintió al conocer el hielo? ¿Lo llegó a tocar o sólo lo vio de lejos? ¿Y su padre? ¿Vive aún y es testigo impotente del fusilamiento? Por favor, don Gabriel, no se pare en esa frase, siga escribiendo y acabe Cien años de soledad pronto, que quiero leerlo cuanto antes.
Para no extenderme en demasía, me reservo los otros cinco comienzos para este post: 10 frases que enamoran (y II)
Hasta pronto.
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24 enero 2015
Escribir, escribir, escribir... y atrapar olas
Esta es la primera entrada de un blog en el que pretendo hablar de escritura y lecturas varias. En otras palabras, de literatura.
Y para empezar, voy a poner algo que me ha salido hoy, sentado en la orilla del mar, viendo las olas mecerse en la arena, lamiéndola, acariciándola... Ahí va:
Atrapar olas
Cómo atrapar una ola
si nació libre.
Cómo atrapar una ola
si nació salvaje.
Cómo atrapar una ola
si ni siquiera es tuya.
En fin, cómo atraparla
si muere cuando te alcanza.
Eso es todo. He cambiado un poco del original de la libreta que en la foto pueden ver, al que aquí publico. Quisiera añadir que no es la poesía mi fuerte, pero me apetecía compartirlo con ustedes en la inauguración de este blog sobre letras.
Y es que los oleajes me sosiegan, me inspiran, me seducen... Sin ánimo de compararme con el gran poeta chileno, ni mucho menos, cada vez que estoy en una playa recuerdo cuando visité la casa de Pablo Neruda en Isla Negra, las rocas llenas de pingüinos frente a la misma, el mar rompiendo contra ellas... y entiendo de dónde sacaba su inspiración aquel genio (sin olvidar su casa de Valparaíso y sus también hermosas vistas).
Espero que les guste este blog y mis fotos y vídeos, nos vemos pronto.
P.D.: Y un vídeo en el que intento atrapar una ola para ustedes...
...demostrándose que es imposible.
Y para empezar, voy a poner algo que me ha salido hoy, sentado en la orilla del mar, viendo las olas mecerse en la arena, lamiéndola, acariciándola... Ahí va:
Olas, venid a mí |
Atrapar olas
Cómo atrapar una ola
si nació libre.
Cómo atrapar una ola
si nació salvaje.
Cómo atrapar una ola
si ni siquiera es tuya.
En fin, cómo atraparla
si muere cuando te alcanza.
Escribiendo sobre la marcha |
Eso es todo. He cambiado un poco del original de la libreta que en la foto pueden ver, al que aquí publico. Quisiera añadir que no es la poesía mi fuerte, pero me apetecía compartirlo con ustedes en la inauguración de este blog sobre letras.
Paradisíaco |
Playa del Lastre, desde el faro de Portmán |
Espero que les guste este blog y mis fotos y vídeos, nos vemos pronto.
Huellas en la arena |
Campamento base para escribir ;) |
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Ubicación:
Playa del Lastre, Portmán, Murcia, España
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